Sala: Teatro Falla
Orquesta Ciudad de Granada
Director: Jean-Jacques Kantorow
Solista: Sharon Bezaly, flauta
Programa:
Igor Stravinski (1882-1972)
Pulcinella (suite)
Joaquin Rodrigo (1901-1999)
Concierto Pastoral para flauta y orquesta
Allegro
Adagio
Rondo Allegro
Julián Bautista (1901-1961)
Sinfonia Breve op. 19
Allegro ben ritmico
Moderato assai ed expresivo
Allegro vivace
Ernesto Halftter (1906-1989)
Sinfonietta en Re
Pastorale Allegro
Adagio
Minuetto Allegro vivace
Allegro giocoso
Kantorow triunfó el sábado 24 en el Gran Teatro
Falla de Cádiz con un cuidado programa al frente de la Orquesta de Granada. Con
más de media entrada para asistir a un prolongado concierto de altísimo nivel,
la actuación de la gran flautista Sharon Bezaly sedujo al público por su
virtuosismo y vitalidad.
El director francés diseñó un inteligente y
cuidado programa en torno al grupo madrileño de la generación musical española
del 27. A dos músicos de dicha generación, E. Halftter y J. Bautista, Kantorow
les contrapuso uno de sus referentes inmediatos Igor Stravinski y el coetáneo
compositor español, Joaquin Rodrigo. Las obras interpretadas reflejan sus
respectivos discursos musicales en un período bastante extenso del siglo XX,
desde 1920 hasta 1978.
Con una dirección caracterizada por su contención
y sobriedad, Kantorow pareció moverse mejor en el intimismo donde desarrolla la
sensibilidad y la precisión de las que suele hacer gala. En la suite Pulcinella,
el director no consiguió de la orquesta el sonido adecuado; faltó continuidad y
homogeneidad. Comenzó el concierto con cierta frialdad, tanto musical como
ambiental, con un violín solista algo desangelado, una orquesta embarullada en
momentos de complejidad rítmica y un fragoso trombón, debilidades que fueron
desapareciendo conforme se desgranaban las piezas de la Suite. A partir de ahí,
el director supo contener los excesos del metal y dotar a las cuerdas de la
viveza y agilidad necesarias.
El
momento cumbre del concierto fue la interpretación del Concierto Pastoral de
Joaquin Rodrigo con Sharon Bezaly como flauta solista. Ayudada de su flauta
travesera Muramatsu de oro macizo de 24 quilates, Sharon Bezaly demostró una
facilidad y virtuosismo excepcionales.
Haciendo gala de una técnica envidiable, atacó S.
Bezaly el primer movimiento con decisión y suficiencia ante la enorme dificultad
del texto musical y exigencia para el instrumento. Sin embargo, no consiguió
dotar a la música de la fluidez ideal, más pendiente de superar la prueba y sus
dificultades técnicas, con un toque exageradamente entrecortado, lo que
repercutió en la coherencia del discurso. En las demás partes de la obra, una
interpretación excelente de la solista. Emocionó la flauta en el segundo
movimiento, magnífica en el fraseado y con un tratamiento del adagio sensual y
delicado; correspondido a su vez con un toque excelente en la orquesta;
especialmente el oboe, que estuvo a gran altura en todo el concierto.
En la segunda parte, la orquesta de Granada
realizó una interpretación equilibrada y emotiva de las obras de Bautista y
Halftter, aplicando adecuadamente el vigor y sensibilidad precisas. El público
vivió intensamente esta segunda parte, plena de emociones. Un notable trabajo de
mesura en manos de Kantorow, muy ovacionado al final del concierto.
DIARIO Bahía de Cádiz |