Sala: Palacio de Congresos de Cadiz
Orquesta de Cámara Andaluza
Concierto de la Cátedra Manuel de Falla de
Composición
Director: Roy Theaker
Programa:
Hermes Luaces
Música para cuerdas
Jorge Sancho
Ehala (for nineteen) string players
Antonio Fernandez Reymonde
Laberinto y memorias sobre Jaco Pastorius
Aurelio Edler
La memoria del agua
Mozart
Divertimento nº 3 en La Mayor KV 138
El curso 2007 de la Cátedra Manuel de Falla de
Composición, con profesores de reconocida valía como Jesús Rueda y Mauricio
Sotelo permitió a jóvenes compositores mostrar sus dotes creativas con este
concierto. Este nació con el objetivo de presentar sus trabajos y darles a
conocer al público, en muchos casos renuentes a la audición de música culta
actual.
La Orquesta de Cámara Andaluza, formada por
jóvenes profesionales andaluces, tuvo la misión de la interpretación de estas
obras, dentro del plan formativo de esta orquesta. El director Roy Theaker
sorprendió a todos entrecruzando en el programa cada movimiento del Divertimento
de Mozart con los estrenos de música contemporánea.
La experiencia de fusión entre lo antiguo y lo nuevo, y sus respectivos recursos
musicales, permitió al público no experto disfrutar de un concierto muy técnico.
Hermes Luaces Feito ya ha saboreado las mieles del
triunfo. Primer premio del Instituto de la Juventud en 2005 con Punto de
fuga” y segundo premio en la convocatoria del XVIII Premio de Jóvenes
Compositores del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, con
Música para ocho cuerdas, el madrileño, con raices asturianas, estrenó en
Cádiz su obra Música para cuerdas. La obra de Hermes Luaces se desarrolla
como un juego de planos tímbricos que se solapan e independizan sucesivamente,
modulando el volumen sonoro. Los graves asumen en esta pieza el protagonismo
melódico, especialmente el violonchelo, contrapuesto a la modulación tímbrica de
las voces altas. La contención instrumental juega a favor de la creación de una
atmósfera monotemática que sólo rompen los matices tímbricos y que va
evolucionando en su coloratura y dinámica hasta desbocarse en la inestabilidad
de la escena final.
El aragonés Jorge Sancho Cebollero fue finalista
en 2004 del premio internacional ALEA III de la Universidad de Boston con "Et
resurrexi”. Estrenó aquí “Ehala (for nineteen) string players“ una
obra compleja técnicamente, a la que la orquesta no supo darle resolución
adecuada. Tras un turbulento inicio, que preludia el enorme desarrollo de los
desfases rítmicos y de superposiciones sonoras que se suceden continuamente,
pierde el discurso a medio camino por sobrecarga rítmica y monotonía dinámica.
Antonio Fernandez Reymonde, compositor sevillano
afincado profesionalmente en Castilla-Mancha y autor de la Suite Flamenca nº
2 y muchas obras para guitarra, acaba de estrenar su obra Nostos por
encargo del XIII Festival
Internacional de Música de Toledo.
Aquí
estrenó su composición Laberinto y memorias sobre Jaco
Pastorius. Es la obra más cercana al público de los cuatros estrenos, por la
variación temática y de recursos instrumentales, el claro dominio de la
melodía, el juego contrapuntístico entre gamas y, finalmente, por la ampliación
del volumen sonoro. El juego de deslocalización espacial con los violines
tocando en movimiento por la sala gustó mucho al público.
El joven brasileño Aurelio Edler Copes, llegó a
España en 2002 para estudiar en el País Vasco con compositores tan reconocidos
como Gabriel Erkoreka y tiene ya muchas composiciones en su haber. Ganó el
primer premio del Concurso de Composición del Instituto de la Juventud de 2006,
por su obra para violonchelo y ensemble ‘‘Abismo y Silencio-Homenaje a
Chillida’’. En “La memoria del agua”, que estrenó hoy, muestra su
capacidad para generar dramatismo, de llegar a los límites. Esta pieza
desenvuelve, elegante, una línea equilibrada entre tensión y sensibilidad,
apoyada sobre un formato rítmico sin monotonía. Una especie de minimalismo de
fraseo largo que muestra una fuerza inusual. La dirección de Theaker, con una
marca del compás inusual y muy respetuoso con el tempo lentísimo de la pieza,
demostró su sabiduría para exprimir al máximo las posibilidades de la obra.
Tuvimos ocasión de hablar con este compositor al
final del concierto. “Estoy alegre por la acogida del publico y muy contento por
la experiencia adquirida en la Cátedra Manuel de Falla”- se expresaba
locuaz-“Aunque la interpretación no ha sido buena en algunos momentos, debo
disculpar a la orquesta porque ha tenido sólo dos ensayos y algunos de sus
componentes no están acostumbrados a la interpretación de la música
contemporánea”. Entre risas, explicó que él se sirve del zhonghu o viola china
para ayudar a los intérpretes a liberarse del corsé interpretativo del
repertorio clásico.
La otra cara de la moneda me presentó el
zaragozano Jorge Sancho, quien no ocultaba su pesadumbre. “Es que no estoy
contento. He sufrido mucho durante la interpretación de mi composición” – me
confesaba – “no he podido reconocer esta pieza como mía. Las cuerdas graves
tienen un ataque muchísimo más intenso, especialmente al principio, y, al no
hacerlo se ha perdido el carácter de mi composición. Tampoco ha lucido el juego
rítmico que desarrollo. Ya sé que los intérpretes no tienen mucha experiencia en
música de vanguardia y escaso tiempo para preparar el concierto, pero esto es
muy decepcionante para mí como autor”. Muy exigente consigo mismo y con la OCA,
Jorge revela defectos coyunturales que deberían mejorarse para ediciones
futuras, con más ensayos y una formación específica para los jóvenes intérpretes
de la Orquesta de Cámara Andaluza. DIARIO Bahía de Cádiz |