La Orquesta Barroca de Sevilla
se recibe siempre en Cádiz con regocijo y afecto y sus conciertos obtienen
resonados éxitos. Es una orquesta de cámara que promueve con frecuencia su
actividad concertística en Cádiz, Jerez, Córdoba y Sevilla; cuatro ciudades
que tienen la suerte de contar con los ciclos de conciertos de la OBS
patrocinados por Cajasol. El cuidado programa de mano del último ciclo
resume y anticipa en su portada el hermoso acontecimiento del que son
protagonistas: Joseph Haydn, W. Amadeus Mozart, Sigiswald Kuijken y Jorge
Renteria. Cuatro maestros en su especialidad, ingenioso Haydn y genial
Mozart en la composición de sus obras maestras, renovador Kuijken como
director y violinista, virtuoso Renteria como ejecutante de la trompa
natural. Con justicia, hay que incluir en este elenco de maestros al crítico
musical José Luis Téllez, quien condujo con mano
experta y erudita la conferencia-audición impartida al día siguiente en
Sevilla sobre las claves de esta música,
El Oratorio San Felipe Neri
imprime carácter a este tipo de conciertos, tan necesitados de recogimiento
y cercanía con la agrupación orquestal. En este bello recinto, el sonido se
expande, intensifica y reverbera generando más volumen y riqueza tímbrica.
Tiene su contraparte negativa, mayor énfasis de los graves y leve ofuscación
del sonido, pero el resultado sonoro mejora en textura y gana en intensidad
emocional. Estas cualidades refuerzan el papel de la trompa natural y los
instrumentos de viento-madera en las obras interpretadas en este inusitado
concierto.
Inusual es que la Orquesta
Barroca de Sevilla interprete a compositores paradigmáticos de la época
clásica en la historia de la música, si bien las obras ejecutadas pueden
considerarse preclásicas en su organización orquestal, lo cual justifica la
utilización de la instrumentación de esta agrupación. Poco frecuente es la
programación en concierto de obras para trompa natural, prácticamente
inexistente en el repertorio actual y rara vez se produce la confección,
para este tipo de orquestas, de un programa tan bien estructurado como éste,
sobre obras notorias por su belleza, novedades formales y genialidades
compositivas.
En la Sinfonia Hob. 47.
muestra Haydn su agudeza y depurada técnica compositora, en especial en
la creación del Palíndromo musical en el minueto y en el manejo del
contrapunto doble. Una obra de bella factura, ejecutada con brillantez por
la orquesta, con Kuijken como director y violinista. Su dirección pasa
desapercibida comparada con la animosa Mónica Huggett, principal directora
invitada de la orquesta, pero obtiene el mismo grado de conjunción y
equilibrio. Reflejo de su concepción musical, no obstante, es el carácter
liviano y marcadamente contrastante del sonido orquestal. Como violinista
sorprende su personal estilo, que obtiene una textura sonora más colorida,
un violín más rasgado y expresivo, aunque en algunos momentos se produce
casi hiriente.
En el Concierto para trompa
nº 1 de Haydn, otra delicatessen de Hayden, .llegó el momento cumbre del
ciclo. Es una obra inusual en el repertorio de música pero de excepcional
belleza, especialmente el segundo movimiento, que se aproxima en
sensibilidad, delicadeza y tensión emocional a las arias operísticas. Jorge
Renteria puso corazón y expuso técnica en la interpretación de esta
majestuosa obra, por otra parte muy exigente para el solista de trompa.
Algunos pequeños detallas minoraron el gran trabajo del trompista; las
transiciones en altura de la trompa sonaron ásperas y desequilibradas, y en
el registro grave profundo se difuminó el sonido de la trompa con el
acompañamiento orquestal. Más conseguida y equilibrada en el primer
movimiento, la interpretación de este concierto de trompa se movió en un
alto nivel artístico y obtuvo una respuesta calurosa del público que llenaba
el Oratorio.
El Divertimento a 9 Hob. II
20, una suerte de casación a la austríaca, es otra muestra del ingenio y
destreza de Haydn, manifestados incluso sobre la base de esta música
camerística de efemérides de tono galante y amable: La obra se interpretó en
formato ensemble, sin demasiada convicción. De ahí la falta de tensión,
sensación de pesadez y sonido gomoso que desazonó de vez en cuando la
ejecución de esta obra. Aunque fuera sólo por la parte central de
Divertimento, genial en su concepción y magníficamente interpretada por la
OBS, merece la pena escuchar esta pieza. DIARIO Bahía
de Cádiz
En la Sinfonía 33 KV 319
de Mozart, realizó la orquesta una versión ajustada y equilibrada, sin
fisuras, en la que sobresalió el precioso Trío del segundo movimiento, junto
con el Finale brioso y exhultante que cerró el concierto.