Brava,
bravísima
La ópera de Puccini te
atrapa, seduciéndote entre la trama y la música. Cuando te das cuenta ya no
tiene remedio y, afortunadamente, te encuentras sublimado dentro de alguno de
sus personajes. Lo haces tuyo y te lo crees durante la representación, e incluso
varios
días más tarde. “Suor Angelica” es parte de “Il Trittico”, ópera pucciniana en
un solo acto, de la que también forman
parte “Il Tabarro” y “Gianni Schichi” |
Sala: Teatro Villamarta. Jerez
Programa:
I
El amor brujo M. De Falla
II
Suor Angelica G.Puccini
La ópera de Puccini te atrapa, seduciéndote entre
la trama y la música. Cuando te das cuenta ya no tiene remedio y,
afortunadamente, te encuentras sublimado dentro de alguno de sus personajes. Lo
haces tuyo y te lo crees durante la representación, e incluso varios días más
tarde. “Suor Angelica” es parte de “Il Trittico”, ópera pucciniana en un sólo
acto, de la que también forman parte “Il Tabarro” y “Gianni Schichi” (¿Recuerdan
la película “Una habitación con vistas” de James Ivory?).
Cristina
Gallardo-Dômas, soprano lírica pura, te hace tener presente en todo momento que
la ópera es Teatro y Música. El más completo de los espectáculos, cuando ambas
cosas están balanceadas y bien aprovechados todos los recursos que ello
propicia. Es el caso de la mayoría de las obras de Puccini. Ayer la soprano hizo
que surgiera la química (¿Alquimia?), a pesar de que el “Suor Angelica” que
vimos fue una versión de concierto de la obra. La capacidad como intérprete
dramática de La Gallardo te mete en el personaje de lleno. Y más en el papel de
Suor Angelica, adecuado ciento por ciento para ello. Y es que no en vano la
interpretación de esta ópera le ha reportado los mayores éxitos en toda Europa.
La Gallardo, de nacionalidad chilena y afincada en
Las Palmas de Gran Canaria, es temperamento, interpretación, técnica depurada de
voz, (pese a que hay quien la critica de falta de belleza tímbrica),y es también
belleza y elegancia. ¿Creen ustedes que con esa mezcla se puede pasar
desapercibido? Desde el momento en que Cristina subió al escenario del Teatro
Villamarta, poco más pudieron hacer nuestros sentidos sino centrarse en ella. Y
eso que estuvo acompañada de toda una señora Orquesta Filarmónica de Málaga, y
el Coro al completo del Teatro Villamarta. Brava, bravísima.
El Programa comenzó con “El amor brujo”, ballet de
M. De Falla. Enrique Patrón de Rueda, mejicano, condujo de manera impecable a la
Filarmónica de Málaga que estuvo brillante toda la noche, en un programa
dedicado enteramente a la mujer. La mezzosoprano Marina Rodríguez-Cusí,
valenciana , interpretó la difícil obra del genial gaditano. “Canción del Amor
Dolido”, “Canción del Fuego Fatuo” y “Las Campanas del amanecer”, fueron las
canciones interpretadas en esta primera parte de la representación, donde la
mezzo tuvo que enfrentarse a esta dura prueba, que superó notablemente. Luego,
en la segunda parte, se unió a la representación de “Suor Angélica”,
interpretando el papel de “La Zía Principessa”, donde demostró que también posee
estupendas cualidades dramáticas. Brava también Marina.
Especial mención merecen también los componentes
del coro del Teatro Villamarta, donde destacaron Emelina López, Leticia
Rodríguez y la sanluqueña Inmaculada Salmoral (Hermana celadora, Maestra de
novicias y Hermana Genovieva, respectivamente) que lo hicieron muy bien, bajo la
dirección de Ángel Hortas.
Una noche Brava, bravísima, donde el público disfrutó de un
espectáculo para recordar mucho tiempo. Al final agradeció con una gran ovación.
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