Sala: CLAUSTRO DE SAN FRANCISCO.
“SÚO DÚO”.
DIARIO Bahía de Cádiz
PROGRAMA:
I
Claude Debussy (1862-1918)
Syrinx (La flauta de Pan) (1913)
Para flauta sola
Cecile Chaminade (1857 - 1944)
Pieza Romántica
Para flauta sola
Federico Moreno Torroba (1891-1982)
Sonatina para guitarra (1930)
-Allegretto
-Andante
-Allegro
Toru Takemitsu (1913-1996)
Voice (1971)
Para flauta sola
Alberto Ginastera (1916-1983)
Sonata para guitarra (1976)
-Esordio
-Scherzo
-Canto
-Final
II
Maria Theresia von Paradis (1759-1824)
Siciliana
Ina Bottelier (1943)
Fiesta de los pájaros(1979)
Astor Piazzolla (1921-1992)
Historia del Tango (1986)
-Bordel 1900
-Café 1930
-Nightclub 1960
-Concierto hoy en día
Béla Bartok(1881-1945)
6 Danzas folclóricas Rumanas (1915)
-Danza con palos
-Danza del fajín
-Danza del zapateo
-Danza del corno
-Polka rumana
-Danza rápida
-Allegro non assai.
Aunque
el marco, el Claustro de San Francisco, es de gran belleza, y con una envidiable
capacidad para albergar público, no es menos cierto que no está tan bien
acondicionado como el Centro Cultural Reina Sofía para estos eventos clásicos.
Que se lo pregunten si no a Otto-Ville Nyyssönen, que tuvo que hacer verdaderos
esfuerzos de concentración para seguir tocando su guitarra a la vez que el reloj
de San Francisco daba irremediablemente diez campanadas más los cuartos…
Bueno, son cosas del verano, que empieza a
anunciar que se acaba.
El concierto de ‘Súo Dúo’ fue largo, con dos
partes muy diferenciadas. Una primera más dura para el público no entendido,
pues fueron obras marcadas por la atonalidad, y sin moldes armónicos clásicos.
Cinco obras en total, que a mi modo de ver fueron las responsables de que algún
sector del público no permaneciera en el Claustro la segunda parte del
concierto. Sin
embargo,
diré que me encantó la obra “Voice” de Toru Takemitsu, compuesta en 1971, de
gran dificultad para el intérprete, y donde el juego
voz-respiración-sonido-notas es verdaderamente interesante. María Marín
Guimeráns estuvo fenomenal.
Igual puedo decir de la obra de Alberto Ginastera
“Sonata para guitarra”, compuesta en 1976, donde se hace un derroche de
imaginación, y donde múltiples recursos de la guitarra son utilizados por el
compositor para ofrecer una visión particular de la sonata. También muy bien
Otto-Ville.
La segunda parte, radicalmente diferente,
introdujo al dúo como tal, y las piezas fueron interpretadas por ambos músicos a
la vez. Interesantísima la obra de Astor Piazzolla “Historia del tang o”
compuesta en 1986, donde se evocan los diferentes estilos a la hora de
interpretar la pieza argentina por antonomasia. Desde lo que más que un tango es
una milonga en 1900 hasta lo que hoy día (1986) se entiende que es un concierto
de tango. Toda una gama estética en un abanico de 80 años.
El concierto finalizó con “6 danzas folklóricas rumanas” de Béla
Bartok, compuestas en 1915, y que dejaron un estupendo sabor de boca a todos los
asistentes al concierto. |