Sala:
Gran Teatro Falla.
Orquesta Joven de Andalucía.
Director: Michael Thomas.
PROGRAMA:
Obras de:
Emmanuel Chabrier (1841-1894)
Joaquín Rodrigo (1901-1999)
Juan Cruz Guevara (1972- )
Manuel de Falla (1876-1946)
La Orquesta Joven de Andalucía dirigida por
Michael Thomas ofreció el lunes 19 de noviembre un exitoso concierto en el
Teatro Falla. Ante un público que casi llenó el aforo y aplaudió con intensidad
cada obra, cautivado por la juventud de los intérpretes y dispuesto a premiar
con generosidad a la joven orquesta, ésta interpretó una variada selección de
música española. Compuesta por un número excesivo de intérpretes, número
justificado por la función formativa de la orquesta, la OJA se consolida como
una formación de nivel técnico y artístico más que suficientes
En el marco del V Festival de Música Española de
Cádiz, el programa del concierto ofreció una selección de música española para
orquesta desde siglo XIX hasta la actualidad, con los mome ntos
centrales del concierto reservados al Concierto de Aranjuez de Joaquin Rodrigo y
la obra Taracea de Juan Cruz Guevara. El resultado fue una velada musical
entretenida, agradable, en algunos momentos brillante.
La rapsodia España para orquesta de Chabrier abrió
el programa. La exploración de contrastes sonoros, el juego de voces y el clímax
conseguido sobre un soporte rítmico de danza caracterizan esta obra colorista,
viva, muy alegre, no demasiado complicada técnicamente. La versión de la OJA, y
del resto del concierto, demostró que el trabajo de M. Thomas durante estos años
obtiene frutos cada vez mejores. Se evidenció la maduración personal a escala
individual, la positiva evolución del conjunto, un gran esfuerzo para conseguir
el equilibrio entre grupos instrumentales y una mejora general en relación con
sus actuaciones anteriores. No obstante, debería mejorarse en la dotación
instrumental de los componentes, para obtener un resultado menos bronco en los
metales, más uniformidad de gamas y más matices en las cuerdas, al menos para
este tipo de conciertos.
El Concierto de Aranjuez fue recibido con
satisfacción por un público expectante. La guitarra solista estuvo a cargo de
Rafael Aguire Miñarro. El joven malagueño es un músico a tener muy en cuenta
para el futuro. Ya ganador de muchos premios nacionales e internacionales a sus
23 años, afrontó esta obra, todo un reto para cualquier concertista, con
aplomo, solvencia técnica y estatura concertista. Quizás los tempi elegidos,
sobre todo en el primer movimiento, no le facilitaron dotar de mayor profundidad
a su interpretación. Talento tiene y le esperan nuevos conciertos para
demostrarlo. Tampoco le ayudó ni su guitarra de concierto, con un sonido
demasiado vahído en agudos y mate en los graves, ni la dimensión excesiva de la
orquesta que llegó a ofuscar en momentos su buen hacer artístico. No obstante,
la calidad interpretativa y la belleza de la obra tuvieron como efecto que el
público disfrutara y se emocionara.
La obra Taracea de Cruz Guevara es una obra
compleja y deliberadamente confusa. En tres movimientos plantea la elaboración
de material sonoro como un movimiento de densidades orquestales y
transformaciones tímbricas. La multiplicidad del juego sonoro en dirección de
tímbres, movimiento rítmico y dinámica permiten crear ambientes sonoros
variables a lo largo del discurso sonoro dentro de una atmósfera general
estática. Más pensada como una obra de ensemble, el tratamiento orquestal no
dejó percibir con suficiencia este trabajo lleno de matices. El público
agradeció la labor de la orquesta y aplaudió al autor almeriense, quien saludó
al finalizar la ejecución de su obra. DIARIO Bahía de
Cádiz
Con la interpretación de la Suite nº 2 del
Sombrero de tres Picos que agradó al público, siempre incondicional a la obra
del gran maestro, se finalizó el programa. La interpretación del bis sobre
música mejicana, de melodía fácil y ritmo pegadizo, permitió el lucimiento
individual de componentes destacados de la orquesta, mostró la versión
espectacular de la OJA y sirvió para cerrar el concierto con un caluroso aplauso
del público y vítores de los numerosos familiares presentes. |