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semanas antes. Cádiz se vuelca con el mítico musical, el ‘Jesús Christ
Superstar’ de Andrew Lloyd Weber, su opera prima en Broadway, y
probablemente el musical más representado de todos los tiempos, con una
música conocida en todos los rincones de la Tierra.
La versión en gira, corresponde
a la que se representó durante un año y con gran éxito en Madrid en el Lope
de Vega. La puesta en escena en Cádiz ha sido impecable, quizá sólo con los
únicos inconvenientes de que, desde las filas del paraíso no se aprecia la
representación totalmente pues, como en la mayoría de los musicales, los
escenógrafos juegan con todos los niveles posibles de la escena,
aprovechando las alturas, dando verdadero volumen a la obra a poner en
escena. Inconvenientes de los teatros con encanto y solera, como lo es el
Falla...
Si hablamos de la obra en sí,
tanto la que se representó en Madrid, como ésta, que gracias a la gira ha
venido a Cádiz, el espectador se encuentra con una versión muy diferente de
la original de Broadway de 1971 (estrenada en el Hellinger Theater de Nueva
York), y de la repuesta en el Lyceum Theater de Londres en 1996.
Muchas cosas cambian, aunque lo
esencial, la base está ahí, y no podría ser de otra manera. Me refiero a la
historia en sí: La visión de Weber y del autor de la letra Tim Rice, que
concibieron la acción de los últimos siete días de la vida de Jesucristo en
un entorno roquero y con pinceladas de lo que en los 70 era la problemática
social, unido al movimiento Hippie.
¿Qué es lo que cambia entonces?
Pues cambian los énfasis. Como si de la grabación de un disco en estudio se
tratara, el director actual, Stephen Rayne, ha hecho una nueva mezcla de los
ingredientes: Ha resaltado en esta nueva versión la figura de Jesucristo,
frente al coprotagonismo que en la versión originaria tuviera el papel de
Judas. María Magdalena también cae en esta versión, sobre todo musicalmente
hablando, ya que la revisión de la partitura no consigue darle la coloratura
y brillantez que tuvo el papel original (sobre todo cantada por Yvonne
Elimann). El papel de los religiosos judíos, se eleva a la categoría de
verdadero cuarteto operístico, ganando en expresividad. En general, la
actualización y revisión musical, así como la interpretación de la partitura
se hace dándole un giro hacia la suavidad, consiguiendo una versión “más
redondita”, aportando instrumentación más cálida, más fácil de escuchar,
huyendo de la estridencia y de la distorsión características de la versión
original. Qué duda cabe de que estamos en otros tiempos, trentaitantos años
después de la primera representación, los nietos de los que escuchaban el
vinilo original siguen viendo el musical ‘Jesucristo Superstar’. Eso sí, en
otra versión revisada según lo actual, triunfitos de OT incluidos.
DIARIO Bahía de Cádiz Jesús Sánchez Ferragut
Lo mejor de la nueva
versión en representación: La puesta en escena. Impresionante la utilización
de la luz como elemento del decorado, que hace maravillas. El resto de la
escena, que consigue dar un verdadero aire renacentista posmoderno a la
obra, donde se juega con columnas dóricas a los lados del escenario, junto
con muros de hormigón al fondo del mismo. Yo tuve la suerte de poder asistir
a la reposición del musical en Londres, en 1997 (la de 1971, por razones de
edad quedó fuera de mi alcance), y ahora vista esta nueva versión de 2008,
sólo puedo decir que... me quedo con las dos.