Sala: Gran Teatro Falla.
BELÉN MAYA
Violín: Vladimir Dimitrenco; Palmas: Ana Calí y
Vanesa Coloma; Cante: Rosario “La tremendita” y Jesús Corpacho; Guitarra: José
Luis Rodríguez; Baile: Belén Maya.
Programa:
Figura 1: Montañesa
Figura 2: Chacona
Figura 3 Rondeña
Figura 4 fandango
Figura 5 jaleos
Figura 6 Tangos
Figura 7 soleá por bulerías
Figura 8 palmas
Figura 9 alegrías
Figura 10 revés del tiempo.
Tampoco se llenó el Falla para ver el espectáculo
“Belén Maya”, y eso que el anuncio de un espectáculo de baile flamenco para
cerrar el IV Festival podría haber presagiado
alguna mayor concurrencia de público. Hay quien le echa la culpa al fútbol…
Lo cierto es que el espectáculo que nos trajo la
bailaora Belén Maya, nacida accidentalmente en Nueva York, mientras que sus
padres hacían gira por Estados Unidos, no le dio especial gloria a la clausura
del IV Festival de Música Española de Cádiz. Desde un primer momento sospechas
que lo que se trabaja en el escenario es una “retro en directo” de la película
de Carlos Saura “Flamenco”. Y conforme avanza el espectáculo no hace sino
acentuarse la sospecha. Y es que Belén Maya tuvo una participación en el film, y
puede que ello le haya influido bastante al presentarse en Cádiz con este
espectáculo. Si en su día el trabajo de Carlos Saura fue innovador y constituyó
un referente importantísimo para el flamenco filmado, sin embargo el espectáculo
de Belén Maya no aporta nada nuevo.
Un escenario sin ningún tipo de ornamento, pero
sin llegar a ser “zen”. La iluminación, solo regular, a veces cumplió su
papel, pero otras no llegó a ser parte del escaso decorado ofrecido al público.
Incluso estuvo descoordinado con la bailaora en el último movimiento…Quizá
destacar que el vestuario de ella estuvo bien elegido. Pero en lo que se refiere
al espectáculo de baile, salvo el primer número (primera figura), en la que
Belén desarrolla una interesante labor de creat ividad,
junto con un difícil reto de bailar con la melodía del violín, y del que sale
airosa, lo cierto es que el resto del espectáculo careció de fuerza, naturalidad
y credibilidad flamenca.
Demasiado academicismo, incluso hasta en la
guitarra, que aunque de ejecución pulcra y medida, careció de calor y cercanía.
El número de las dos palmeras, Ana y Vanesa, es difícil de comprender y carente
de sentido en medio de un espectáculo como el que nos trajo Belén.
Creo que la labor de Belén Maya debería centrarse en otro tipo de
formato, que le permita poner de manifiesto su segura gran capacidad creativa e
innovadora en el flamenco, sin tener que medirse con referentes difícilmente
repetibles y de una más que difícil puesta en escena. |