Sala: Teatro Villamarta de Jerez
DIARIO Bahía de Cádiz
IBERIA
Rosa Torres-Pardo: Piano
Lola Greco: Danza.
José Antonio Rodríguez: Guitarra
Escenografía: Eduardo Arroyo.
Programa:
Poemas ibéricos. Miguel Torga
Evocación (I Albéniz)
El Puerto (I Albéniz)
Entre la luz y la sombra (José Antonio
Rodríguez)
E Corpus Christi en Sevilla (I Albéniz)
Rondeña (I Albéniz)
Almería (I Albéniz)
Fantasía ibérica: José Antonio Rodríguez.
Triana (I Albéniz)
El Albaicín (I Albéniz)
Cuando comienzan a sonar las primeras notas de
“Evocación”, la primera de las piezas de la Iberia de Albéniz, uno sabe cuáles
son las consecuencias inmediatas: Un repaso a los sentimientos, una llamada a la
expresión, nostalgia, fuerza, alegría, orgullo… Es mejor no resistirse y dejarse
llevar por la genialidad de la composición del músico de Camprodón, durante la
hora que dura su ejecución.
Esta “Iberia, recital de música y danza sobre
música de Albéniz”, le suma, y digo bien suma, la fuerza y expresión del baile
de Lola Greco, que tiene la clase de quien ha sido primera bailarina del Ballet
Naci onal,
y a la vez el genio de quien se ha codeado con Antonio El Pipa. La coordinación
de movimientos, de expresiones y de cuadros con la obra de Albéniz, es
estupenda. El resultado se merece un sobresaliente.
La obra, idea de Rosa Torres-Pardo, incluye
también el sonido de una guitarra, magistralmente tocada por José Antonio
Rodríguez, quien interpreta dos composiciones propias. El resultado es también
muy bueno, pues introduce una llamada al cante jondo, al flamenco más puro, con
sonoridad de concierto, para estar a la altura del piano.
Y de Rosa Torres-Pardo sencillamente decir que es
difícil encontrar alguien que hoy día interprete a Albéniz como lo hace ella.
Oírla interpretando la Iberia es todo un regalo para los sentidos. Y en esta
ocasión una sorpresa por su valentía al innovar y actualizar la magistral obra
de piano.
De los doce números que componen la obra de
Albéniz, se interpretan en el espectáculo siete. A mi modo de entender, Rosa
estuvo impresionante en la ejecución de “El corpus Christi en Sevilla”, y en
conjunto la mejor interpretación de todas fue “El Albaicín”, donde se pudo
apreciar a la vez la danza, el piano y la guitarra: El momento mágico donde
realmente el espectáculo sublima sonidos, sentimientos y vista.
Al final, ante la insistencia del público, como propina, un tango
de Albéniz. Impresionante. |