Sala: GRAN TEATRO FALLA
Obra: “DON JUAN TENORIO”. De José Zorrilla.
Compañía: L’OM IMPREBÍS. (ESPAÑA)
Versión y Dirección: Santiago Sánchez.
Diseño de escenografía: Dino Ibáñez.
Diseño de vestuario: Elena Sánchez Canales.
Dirección musical: Yayo Cáceres / Manuel Coves.
Diseño de iluminación: Rafa Mojas / Félix
Garma.
Maestro de esgrima: Ignacio Fernández.
Dirección de producción: Ana Beltrán.
Reparto:
D. Juan Tenorio: Fernando Gil.
Doña Inés: Alba Alonso.
Don Gonzalo: Luis Álvarez.
Don Diego: Carles Montoliu.
D Luis Mejías: Carlos Lorenzo.
Tornera: Patricia Martínez.
Brígida: Trinidad Iglesias.
Lucía: Rita Siriaka.
Abadesa: Cristina Bernal.
Compay: José Juan Rodríguez.
Ciutti: Sancho Cordero.
Orquesta:
Violonchelo: Marina Barba.
Piano: Cristina Bernal.
Laúd: Gorsy Edu.
Dulzaina: Sergio Gayol.
Acordeón: Yayo Cáceres.
Percusión: José Juan Rodríguez; Gorsy Edu y
Sandro Cordero.
La
representación del viernes 26 de octubre –y que cerraría el FIT 2007 el sábado-
es una gran producción teatral, donde los medios puestos son importantes y donde
se nota trabajo y profesionalidad. El resultado de la escena es un esfuerzo por
sintetizar y dar una versión del Tenorio sin las ataduras de varios escenarios
férreamente anclados en anteriores versiones clásicas. En esta puesta en escena
de L’Om Imprebís, tienes que imaginar la ciudad de Sevilla, el monasterio, la
casa de Don Juan, y las marmóreas figuras de sus víctimas. La propuesta es
interesante, por cuanto le da capacidad de protagonismo a la acción escénica, y
al verso, Rey y Señor del Teatro Clásico español. Para mí realmente lo
importante es el verso y la forma de declamarlo. Es la esencia de este teatro,
lo que le da ritmo, y su verdadera carta de naturaleza.
No
obstante esto, también es cierto que la técnica de hoy día permite hacer alguna
que otra filigrana para ayudar a la acotación escénica implícita en el texto de
Zorrilla, y por ejemplo, proyectar sobre el fondo del escenario alguna alegoría
de una ciudad tan maravillosa como Sevilla…y no sólo de las aguas de un supuesto
río Guadalquivir.
En el plano interpretativo, hubo un poco de todo
en esta moderna versión de Don Juan Tenorio. La primera sorpresa es el
protagonista, que a fuer de ser tan actual (un tanto “metro”), se distancia algo
del estereotipo que uno tiene del seductor español por antonomasia del Teatro
Clásico, y a la postre uno tiene la sensación de que incluso le faltara fuerza y
garra al personaje, cuando en realidad no lo es tanto, ya que Fernando Gil es un
gran actor.
De otro lado, es difícil imaginar una Doña Inés
tan angelicalmente inocente como la imagen que proyecta Alba Alonso
(protagonista de uno de los personajes de la película ‘Las trece rosas’). Sin
embargo su dicción es bastante mejorable. Una actuación difícil de calificar.
El
resto del elenco, en líneas generales bien, destacando principalmente el
personaje de Brígida (Trinidad Iglesias) y los papeles de Doña Ana (Patricia
Martínez), Don Gonzalo (Luis Álvarez), Lucía (Rita Siriaka) y Don Luis Mejía
(Carlos Lorenzo).
No quiero dejar pasar por alto el importante y
acertado trabajo de la orquesta y la dirección musical, pues en mi opinión ha
aportado bastante y positivamente a esta renovación de la obra de Zorrilla.
Con esta versión del Tenorio, siempre de agradecer
por lo que conlleva de actualizar y no perder nuestro patrimonio teatral
clásico, se clausura el sábado 27 la vigésimo segunda edición del Festival
Iberoamericano de Teatro, con un balance bastante positivo.
DIARIO Bahía de Cádiz |