Sala: GRAN TEATRO FALLA
Obra: “LOS QUE RÍEN LOS ÚLTIMOS”.
Compañía: LA ZARANDA (Teatro inestable de
Andalucía La Baja). (ESPAÑA)
Dirección y espacio escénico: Paco de La
Zaranda.
Textos e iluminación: Eusebio Calonge.
Actores: Gaspar Campuzano; Enrique Bustos;
Francisco Sánchez.
Voz Jefe de pista: José Pedro Carrión.
La
compañía La Zaranda, conocidos del público gaditano e iberoamericano, y
especialmente de los ‘fiteros’ más antiguos, sin ningún miramiento va
convirtiendo el escenario en un verdadero vertedero, donde los personajes
creados viven de los sueños y para los sueños. Una vieja y oxidada tina hace de
carroza de cenicienta, de hotel de carretera, e incluso de barco al más fiel
estilo shakesperiano de “La tempestad”.
Papelillos, maletas viejas e instrumentos sin
afinación posible son el resto del decorado inicial y que acompaña
a estos tres actores casi “homeless”, que no encuentran su encrucijada vital ni
su legado paterno en medio de montañas y montañas de basura. Y de peste…
Gaspar, Enrique y Paco, los tres actores te
conducen, sin que te des cuenta, por el camino que ellos quieren. Justo lo
contrario que sus personajes, que andan errantes sin gobernar el viento, sin
conducir los caminos, y se pierden una y otra vez. Te llevan con ritmo,
repetitivo de palabras, de frases. Te acostumbran. Te hacen de la frase la
melodía a fuerza de repetirla uno y otro, en un tono y otro, tímbricamente
incluso, y cuando estás relajado te lanzan sin piedad la reflexión, para que tu
mente trabaje. Y ahí te dan la ocasión de compartir con ellos su verdadero
trabajo y el mensaje que lleva, el que TU le des. Como dice el programa de ma no:
“Señoras y señores con ustedes estos herederos de una estirpe extinguida en su
más difícil todavía: Continuar un sueño que cruzando la soledad llegue más allá
de la muerte”. DIARIO Bahía de Cádiz
La Zaranda nos trae una propuesta para ver teatro de verdad, no
sólo para pasar un rato agradable o simpático. Se busca el compromiso del
espectador en la reflexión de lo que en dosis contadas y medidas van lanzando
los personajes desde el escenario. La estética de la obra queda en el interior
del espectador, como fruto de su reflexión. Una vez aplicada la razón. |