‘De cabeza’ será una de las
obras que pasen la frontera y queden en el recuerdo de los “fiteros” que han
acudido a esta XXIII edición del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.
La obra gira en torno al
concepto miedo, que en gran parte de la representación aparece figurado como
un trampolín al que se suben los bailarines, con la duda de tirarse o no.
Cada uno va expresando
corporalmente sus indecisiones, sus dudas, precauciones y cuitas, sus miedos
en definitiva. La representación de la plataforma del trampolín hace que en
nuestra mente se aloje la idea que lleva implícita: Artilugio que puede ser
el lanzamiento exitoso de algo, o el vaticinio de un gran tortazo contra el
suelo
o el agua. Un símil de lo que en
algunos momentos de nuestra existencia puede ser la vida.
Una metáfora escénica que varía
según el personaje que se pose sobre su superficie, y que pone de manifiesto
las diferentes caras y actitudes de los bailarines-actores frente al miedo.
Al miedo a tirarse, o al de no tirarse. A lo desconocido que se encuentra
debajo de sus pies y oculto por la propia plataforma, o a lo sobradamente
conocido y a la vista, abajo. A la Gloria, y al Infierno.
La concepción del espectáculo, y
digo bien espectáculo, conjuga tendencias modernas de danza, con baile
clásico, español, hispanoamericano, americano, francés, e incluso griego.
Ello consigue que haya espectáculo y que el público lo pase bien, ya que hay
hueco para casi todo: Arte, baile, danza, escena, diversión e incluso algo
de drama pues los bailarines dicen algo en ocasiones.
La música del espectáculo por su
parte, recorre culturas e intérpretes diversos, pasando del “Dance me to the
end of love” que popularizara Leonard Cohen, al “Miedo, tengo miedo. Miedo
de quererte. Miedo, tengo miedo, miedo de perderte”, cantado por Diana
Navarro. Francamente bien.
Los decorados, simples, pero muy
bien adaptados al contenido de la obra, al igual que ocurre con la
iluminación.
Un acierto la asistencia
a esta XXIII edición del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, de la
compañía de Teresa Nieto y la puesta en escena de esta obra que, lejos de
“traernos de cabeza” nos ha deparado una agradable (aunque también esperada)
sorpresa.
DIARIO Bahía de Cádiz Jesús Sánchez Ferragut