La Fiesta tiene visos de consolidación y parece
alcanzar su equilibrio y velocidad de crucero, tras tres ediciones desde su
resurgir en 2005. Algún nerviosismo al comienzo, culpa de uno de los
acomodadores, que confundía al público, pero que enseguida fue resulto por la
organización y por las amables palabras del presentador, Pepe Marín.
DIARIO Bahía de Cádiz
Buena temperatura, las sardinitas en su punto de
fritura, y el vino fresquito, fueron los coadyuvantes del embrujo de una noche
que se presentaba larga de actuaciones –once, frente a las nueve de 2006-.
Para esta ocasión, la organización escogió un
cartel con menos figuras de primerísima, pero no por ello
dejó
de ser un cartel redondo, equilibrado y distraído para un público venido de toda
la provincia gaditana y allende sus fronteras: franceses, ingleses, alemanes,
etc.
Casi un cincuenta por ciento de los artistas, de
la tierra, es decir de Chiclana: José Manuel González; Macarena; Rancapino;
Silverio Heredia y Antonio Reyes. A eso se le llama hacer patria. El resto de
los artistas, Carmen Jara, de Cádiz; Nano de Jerez; Aurora Vargas; José Mercé;
Tomasa Guerrero, La Macanita y el Capullo de Jerez.
El hielo tuvo que romperlo José González, con José
M. Parra al toque. Muchos nervios y poco control del instrumento vocal, que no
se vieron acompañados por una guitarra que tampoco encontró su camino.
Le siguió Carmen Jara, acompañada al toque por
Juan José Alba y a las palmas por Diego Montoya. Se estrenó con una soleá de
Cádiz. Bien tanto Carmen como la guitarra, aunque las alegrías que cantó a
continuación no fueron lo mejor de su repertorio, que mejoró con una seguiriya y
unas bulerías.
La sorpresa para muchos fue la siguiente
actuación, donde una jovencísima Macarena deleitó al público con su belleza y
buen hacer bailando. La bailaora chiclanera bien merecería ser modelo de una
conocida fábrica de muñecas… El grupo que la acompañó al cante, al toque y al
baile, de lo mejor de la noche. De verdad.
Nano de Jerez, siguió en el escale. Por derecho.
Bien. Redondo, y animando a las peñas flamencas de Andalucía, pues según él, si
no “el Flamenco estaría un poco distraído”. Bulerías por soleá, fandangos (los
primeros de la noche), Soleá y bulerías fueron su repertorio.
Luego hizo su debú Alonso Núñez, Rancapino, que
este año vino solo con el guitarrista, Eduardo Rebollar, dejando atrás piano y
yunque del año pasado. Malagueña, soleá, alegrías y bulerías dedicó al público.
Una de las triunfadoras de la noche fue sin duda
Aurora Vargas, con Diego Amaya a la guitarra. Sólida y cantando por derecho, se
arrancó con unas magníficas alegrías, siguiendo por soleares, tangos y bulerías.
Cantó sin micro para deleite del público y bailó. Besos, ternura, que derroche
de amor, cuanta locura… El público la aplaudió con ganas.
De Chiclana vino Silverio Heredia, acompañado de
José de Pura a la guitarra. Cantó con prisas, y pidió disculpas, a la vez que
dedicaba su actuación a su madre, enferma.
El momento más esperado de la noche llegó a las
02.55 horas, cuando José Mercé, derrochando simpatía subió al escenario. Cantó
soleares, alegrías y bulerías, como suele hacerlo. Como lo hace quien está en su
cima de popularidad. Pero el respetable le reprochó el poco tiempo que estuvo en
las tablas. En realidad no estuvo poco tiempo, pero quizá si debiera haber
cantado algo más. Alguna propina para el público que, pasadas las tres de la
mañana aguardaba a escucharlo. Cosas que pasan.
Casi a las tres y media le tocó el turno a Antonio
Reyes, acompañado de Antonio Higuero a la guitarra. Reyes fue el triunfador de
la noche. El chiclanero ya lo anunció el año pasado, apuntando maneras. Porque
tiene una bonita voz, y además la va trabajando cada día mejor. Su nueva imagen,
sin duda contribuye también a darle una visión más acorde con su voz (el año
pasado tenía melena y perilla). Comenzó por derecho con una estupenda soleá,
luego tientos-tangos y unas bulerías que levantaron al respetable de los
asientos. Siguió por fandangos muy bien, y remató la faena, micro en mano,
cantándole a su mujer una zambra compuesta por Paco Cerero, mientras ella
bailaba en el escenario. Su público se lo agradeció con una calurosa ovación.
Cerraron la noche, Tomasa Guerrero, con Manuel
Parrilla a la sonanta, siendo las cuatro de la mañana y Capullo de Jerez,
pasadas las cuatro y media.
Se anuncian cambios de escenario para la próxima
edición de la Fiesta de la Parpuja, dejando el actual, la caseta municipal.
Esperemos sea para mejor.
· Las
imágenes de la XIII Fiesta de la Parpuja |
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