Era el estreno de la nueva gira de El Barrio. Era
el estreno de Playas de invierno y para sorpresa de todos, la llegada de
una noche puramente invernal -en la que la lluvia convirtió los alrededores de
la zona acotada para el concierto en una playa artificial- hizo honor al nombre
del nuevo trabajo de El Selu. Porque ni siquiera el propio José Luis
Figuereo pudo imaginar cuando dio a luz a su nuevo disco que el día de su
estreno sobre un escenario estuviese el título estuviese tan al día.
Fue una noche en la que además del éxito del
cantante gaditano sobre el escenario, en el que se sintió a gusto, será
recordada por las condiciones climatológicas, que condicionaron el antes, el
después y el ‘durante’ del concierto. Y es que, si la espera del público que
guardaba cola en los alrededores del complejo de Chapín estuvo ‘pasada por
agua’, no fue más seca la salida, momento en el que el cielo descargó tanto agua
como hace mucho que no lo hacía por Jerez. Y, como dato curioso, quedará la
anécdota de decenas de paraguas abiertos en el interior de la car pa
habilitada para la ocasión, debido a que ni siquiera el elemento líquido quería
perderse las nuevas canciones de su cantante, circunstancia que dejó patente que
es un ‘barriero’ más.
A pesar de que -tal y como el propio cantante dijo
al comienzo- hacía algún tiempo que no se subía al escenario, la verdad es que
José Luis Figuereo volvió a demostrar que lo suyo es el directo. Lejos quedan ya
aquellas visitas a las fiestas de las pedanías jerezanas de Estella del Marqués
y Guadalcacín, con su Mal de amores, disco con el que comenzaba a
despuntar en el panorama musical. Tan lejos y tan cerca, porque años después
volvió a demostrar un directo impresionante, volvió a hacer que los asistentes
al concierto se marcharan a sus casas con un buen sabor de boca, y dejó claro
que hoy por hoy este flamenco con alma de rockero es profeta en su tierra.
Durante el concierto, fue haciendo regalos a unos
entregados seguidores que ayudaron al cantante con las letras y las palmas a lo
largo de una actuación en la que incluso pudo escucharse algún fandango y una
fiesta por bulerías –en la que salió a bailar El Junco- que provocó el éxtasis
general y que puso fin a una noche espectacular en todos los aspectos.
Una noche muy esperada por los fans y seguidores
de El Barrio, procedentes de muy variados puntos de la geografía andaluza
–principalmente la provincia de Cádiz y Sevilla–, y que no se quisieron perder
ni los padres del protagonista ni colegas de profesión, como el jerezano David
de María. Una noche que comenzó horas antes, a las puertas del recinto, con el
objetivo de coger un buen sitio en las colas que permitiera estar cerquita
del cantante. Porque si bien el comienzo del concierto estaba previsto a las 22
horas –finalmente tuvo un retraso de unos veinte minutos- la gente llevaba
haciendo cola desde horas antes, pues las puertas se abrían a las 20 horas.
La espera dejó muchos detalles: algunos miraban al
cielo y se lamentaban, otros cantaban algunas de las nuevas letras del poeta de
la capital –“tengo un amigo que se llama cartera...” era la frase más
pronunciada– y los menos apuraban las últimas horas para comprar las pocas
entradas que quedaban en taquilla. Nadie quería perderse el comienzo de la gira
de El Barrio, y a pesar de la persistente lluvia, muchas fueron las personas que
siguieron desde fuera y sin ver nada el transcurso del concierto. Bastaba con
poder escuchar unas letras dedicadas al amor y al desamor, a las injusticias de
la sociedad actual, y a los recuerdos de una vida pasada que muchos añoran.
Bastaba con poder ser testigos accidentales de un concierto mágico que no ha
hecho más que demostrar que no hace falta pasar por una academia para llenar
recintos y tener un público fiel. Porque aquellos que regresaban a sus casas
justo a media noche siempre estarán ahí, apoyándote, aunque en algún momento
digas que Me voy al mundo y aunque tengan que pasar por un Mal de
Amores, ir a La fuente del deseo, o luchar contra un Ángel malherido.
En la noche de tu estreno te dieron muestras de que a los ‘barrieros’ nada les
para, y que incluso están dispuestos a visitar las Playas de invierno
mientras que tú no dejes de repetir una y otra vez que Yo sueno flamenco. |
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