Sala: Teatro Villamarta de Jerez.
Obra: “Los cuentos de Hoffmann”. Opera
fantástica en tres actos, un prólogo y epílogo de Jacques Offenbach. Libreto de
Jules Barbier.
Producción de la Ópera del Teatro Nacional de Brno.
Reparto:
Hoffman, poeta: Robert Chafin
Olympia, Antonia, Giulietta, Stella: Marina
Vyskvorkina
Lindorf,
Coppélius, Miracle, Dapertutto: Juri Sulzenko
Musa, Niclausse: Jana Stefackova
Andrés, Cochenille, Frantz, Pitichinaccio:
Milan Rudolecky.
Spalanzani, inventor: Zdnek Smukar.
Orquesta y Coro del Teatro Nacional de Brno.
Director, Jan Stych.
Director del coro: Jozef Pancik. Director de
escena: Jan Kacer. Coreógrafo: Zdnek Prokes.
Nada que ver con lo que debió
ser la representación de la misma obra el pasado diciembre en el Teatro Real de
Madrid, evidentemente, entre otras razones porque los papeles de las cuatro
protagonistas de los cuentos de Hoffmann, en la versión de la Ópera del Teatro
Nacional de Brno, fueron interpretados por la misma soprano, Marina Vyskvorkina,
que tuvo que asumir cuatro papeles bien diferentes y con exigencias distintas,
tanto interpretativas, como de voz. Sin embargo, esto, que no es lo normal(*)
(en la representación del Teat ro
Real fueron cantantes diferentes las que asumieron los papeles femeninos), fue
lo que mejor resultó de la representación del Teatro Nacional de Brno. Estupenda
fue la interpretación que hizo la Vyskvorkina del aria de coloratura “les
oiseaux dans la charmille”, del primer acto, cuando encarna el papel de Olimpia,
la muñeca autómata de la que se enamora Hoffmann. Aria de especial dificultad
pues la cantante ha de alcanzar un re bemol sobreagudo, a la vez que debe hacer
una buena actuación del papel de autómata. Pero la cosa no para ahí, ya que al
tener que interpretar los demás papeles de la obra, Guilietta, Antonia y Stella,
la Vyskvorkina tuvo además un gran mérito saliendo airosa y con suficiencia.
Aunque es más frecuente que
los papeles de los malos de los cuentos de Hoffmann, Lindorf, Copélius, Miracle
y Dapertutto, los represente un mismo cantante, no por ello deja de ser
meritorio el reto, ya que mientras que Miracle y Coppélius son papeles para
bajo, Dapertutto y Lindorf son más bien para barítonos. A mi modo de entender
Juri Sulzenko tuvo una representación más que aceptable en los cuatro papeles.
Cosa que no puedo decir de Robert Chafin, que no tuvo su noche en el papel de
Hoffmann. Es cierto que el papel exige un tenor muy completo, pero Chafin no dio
la talla, ni siquiera interpretativamente.
La
Orquesta y Coro del Teatro Nacional de Brno bien en general. El coro mejor en
algunos pasajes que otros, pero en general una actuación digna.
La escena ya es otro cantar.
La obra cumbre de Offenbach debería ser para el lucimiento de la misma como
espectáculo. Posee pasajes musicales bellísimos, como la barcarola. Riqueza
musical y gran lirismo, pero además teatralmente hablando, el juego es
impresionante, pues hay escenas cómicas, líricas, románticas, fantásticas, etc.
Todo un derroche para sacarle partido a una puesta en escena de lo que debe ser
la mitad de una ópera: La parte teatral. Pues bien cualquier asomo de buena
puesta en escena de estos Cuentos de Hoffman por parte del Teatro Nacional de
Brno fue pura coincidencia. Una pena comprobar la desmotivación de los cantantes
en su faceta de actores. La falta de imaginación, y de dirección escénica. Del
vestuario, quizá mejor ni hablar...
De nuevo los patrocinadores
hicieron un derroche con el libreto. Iniciativa digna de alabar y alentar para
que siga en esa línea.
(*) En el Teatro de la
Maestranza de Sevilla, en 2001, María Bayo también asumió el reto e interpretó
los cuatro papeles femeninos. |
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