Sala: Teatro Villamarta de Jerez
Programa:
I Parte:
F. Shubert
Cuarteto núm 13 en La menor Op.29 “Rosamunda”
L.Janácek
Cuarteto núm. 1 “Sonata a Kreutzer”
II Parte:
A.Dvorák
Cuarteto núm. 13 en Sol mayor Op.106
Si la primera parte del concierto empezó con el
conocido cuarteto núm. 13 en La menor Op. 29 “Rosamunda” de Shubert, lo cierto
es que el resto de la noche estuvo dedicada a compositores checos, incluida la
propina al final del concierto.
Impecable
interpretación del cuarteto “Rosamunda” de Franz Peter Schubert, donde el
“andante” destacó sobre el resto de los movimientos.
En mi opinión, lo mejor de la noche fue la parte
dedicada a los compositores checos, y en particular la interpretación del
cuarteto nº 1 “Sonata a Kreutzer” de Leos Janázek, que hace referencia a una
obra de León Tolstoi del mismo nombre: “La sonata a Kreutzer”. Una tragedia que
es expuesta en toda su realidad en la partitura de Janácek, y que el cuarteto de
su nombre lo pone en escena probablemente como nadie. No en vano, el cuarteto
Janácek tiene, desde su nacimiento, un reconocido prestigio como virtuosos
individuales y como conjunto. Aunque de sus iniciales fundadores en el año 1947,
estudiantes del conservatorio de Brno, ya no forma parte ninguno de la actual
composición, el cuarteto sigue haciendo mérito al reconocimiento que les hizo
poder usar el nombre del famoso compositor checo.
Ya en la segunda parte, el cuarteto abordó con una
extraordinaria maestría el cuarteto nº 13 de Dvorák, demostrando cómo solo
cuatro instrumentos llenan de música el teatro por completo, destacando no solo
el virtuosismo de sus cuatro componentes por separado, haciendo gala de fraseos
con maestría, así como el resultado del conjunto, de una tendencia
perfeccionista importante. El “adagio ma non troppo” y el “andante sostenuto”
sobresalieron en esta extraordinaria obra de Dvorák.
Por último, la propina, también de un autor checo:
Bedrich Smetana. El cuarteto Janácek abordó el “finale presto” del cuarteto nº 2
en Re menor del autor del conocidísimo “El Moldava” (uno de los poemas
sinfónicos de “Mi patria”).
Mereció la pena asistir al concierto del
Villamarta y compartir un poco de la música de los compositores checos, de la
mano del cuarteto Janácek de Brno. |