El marco, los jardines del Alcázar jerezano. Noche
de luna. Buena temperatura. Todo hacía presagiar un concierto excepcional. Las
expectativas no se frustraron, y los que tuvimos la suerte de estar en el sitio
adecuado a la hora adecuada, disfrutamos del concierto de Paco Cepero,
simplemente dejándonos llevar... por el corazón...y por el bordón de su
guitarra.
Subió Paco al escenario acompañado de José Ignacio
Franco y Miguel Salado a l
acompañamiento de guitarra. Carlos Merino a la percusión. Recién llegados de
Berlín donde estuvieron de gira por tres días.
“Noche Andalusí”, de su primer disco, abrió el
concierto. Le siguió “Mi Andalucía”, tanguillos de su trabajo “Corazón y
Bordón”; “Ron de caña”, unas guajiras interpretadas con todo su sabor. Le siguió
“Cartuja”, con la colaboración de Elu, de Jerez, cantaora que acompañó a Paco en
su concierto.
Pero, sin duda lo más destacado de la noche fue su
quinto tema: el estreno en exclusiva de un trabajo de inspiración propia, aún
sin titular, y como él mismo nos contó “todavía cogido con alfileres”. Todo un
regalo tan inesperado como agradecido por el auditorio.
Del resto del concierto, me quedo con las bulerías
de su último disco y con la rondeña. Extraordinarias. Para la rondeña cambió su
guitarra flamenca por una española de concierto. Solamente estas dos
interpretaciones hubieran merecido el concierto.
Dos temas más cantó Elu, unas soleares y una
seguiriya (estupenda). Paco interpretó también unas sevillanas “Calle encaramá”,
inspiradas en la calle donde reside actualmente en Jerez, pese a que nos confesó
que las sevillanas son un palo que nunca le inspiraron mucho. Acabó el concierto
con una estupenda versión de su conocido tema “Aguamarina”. El público lo
despidió en pié. No hubo bises o “propinas” pese a la solicitud. En total pude
contar 15 temas que supieron a poco, pero que nos dejaron su música, dentro, muy
adentro. En el corazón. |