Los
hermanos De Castro, supervivientes de la formación desde su fundación en 1981
(primer disco en 1982), siguen manteniendo la llama del purismo heavy, a base de
guitarrazos y decibelios. Entre el público que vi en El Puerto, en la Sala Mucho
Teatro, había de todo, aunque lo que a casi la generalidad puso de acuerdo fue
el negro de tops, polos y camisetas, señeras actuales del rock duro, durísimo.
Jóvenes y no tan jóvenes (de pelo en la cabeza, mejor ni hablamos) cantaron,
gritaron y corearon las canciones del mito español del heavy metal.
Ya no cuentan con la voz de Sherpa, ni con los
baquetazos de Hermes, pero el sonido de sus guitarras sigue siendo
inconfundible. El de muchos años, conservatorio incluido, hac iendo
escalas pentatónicas y riffs al más puro estilo de los Cream, Erick Clapton y
compañía, auque el sonido resultante final sea el del “Deep Purple Español”. De
hecho, su versión del “Smok on the water” sonó anoche con pulcritud
impresionante.
Armando De Castro nos dio toda una clase magistral
de guitarra, desde principio a fin del concierto. Sus manos siguen recorriendo
el mástil de sus tres o cuatro “Fender Stratocaster” con la seguridad de los 25
años de Barón a sus espaldas. Sólo cuando decidió regalar su púa al público, fue
cuando se acabó de verdad el concierto.
A su lado, Armando Castro, con su “Gibson SG”, a
la que no perdió de vista en toda la noche, cantando, ha ciendo
coros y no dando tregua a las cuerdas con toda suerte de recursos, acordes y
solos.
El actual Barón cuenta entre sus filas con José
Martos a la batería, que toca una santa fe de dos pedales, a la que sabe sacarle
todo el jugo y ponerlo a los pies de Barón.
Al bajo, Ángel Arias, experimentado músico que ha
pasado por formaciones heavy como Tritón y Niágara, marca las notas con su
“Fender Precision Bass”, todo un clásico del rock duro. Repartió púas entre el
público a diestra y siniestra...
Veintidós temas interpretaron en total en su noche
portuense. Abrieron con “Tu infierno”, para finalizar, a petición del público
con “Hijos de Caín”. Entre medias,
“Desertores del Rock”, “Larga vida al Rock”, “Hombre de las cavernas”, “Malo”,
“Incomunicación”, “Caballo desbocado”, “Te espero en el infierno”, “Hermano del Rock and roll”, “Cueste lo que cueste”, “La voz de su amo”, “Con botas sucias”,
“Nada que hablar”, “Barón Rojo”, “Resistiré”...
Para el que suscribe, el nombre de Barón Rojo va
unido al de “Rockservatorio”, academia madrileña de rock, donde Hermes y
compañía forman a aspirantes de rockeros, y donde tuve la suerte de dar unas
clases de guitarra eléctrica, hace ya unos años.
Barón Rojo tiene previsto grabar un disco en directo en Bilbao en
el mes de julio. DIARIO Bahía de Cádiz |
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