¡Oh madre, qué mundo o ¡Vaya mundo Facundo!
Expresión muy común, largo tiempo pronunciada, para referirnos a lo
descontrolada que anda está la tierra. No voy a hablar de conflagraciones, ni de
esas constantes hecatombes naturales, que se padecen, ni de las enfermedades,
males a que está sometido el hombre, ni las discrepancias que a veces rige su
destino.
¡No! Mi intención, es hablar solo del hombre,
único culpable de la mayoría de los males reinantes. No por el hecho de
haber nacido, ya que esto es una ley de vida, o bien como otros le llaman un
accidente, sino por sus imperfecciones: falta de sabiduría, sensibilidad y
generosidad. Ególatra de por sí, por ese amor que se profesa a él mismo, desde
que nace, capaz de hacer daño, por conseguir de aquello que carece o envidia,
arrebatándosele a otro si necesario fuera por la fuerza. Resumiendo, un cúmulo
de imperfecciones, que si a veces muestra su perfil o talante bueno, de
inmediato exhibe de forma patente o solapadamente sus imperfecciones.
Un ser en constante desarrollo, pero incapaz de
perfeccionar sus cualidades humanas, amplísimas por supuesto, de relación y
buena convivencia con los demás, tanto, que cuando alguien rompe esta pauta,
tan extraño nos parece, que llevado es a los altares o como mínimo se le
concede el nombre de una calle o mención honorífica cualquiera, por supuesto,
que el tal elegido, habrá de ser, sino un prodigio, alguien superior intelectual
o distinto a los demás, por su bondad y generosidad, que sobresale y deja huella
de su paso por la tierra. Pero…. el resto,… la mayoría de nosotros, un saco de
imperfecciones, que de hallarse en posesión de alguna buena cualidad, siempre
quedará velada por los otros muchos vicios e imperfecciones que lleva dentro de
si. Mal de todos. ¡La Historia sagrada y la Historia en general, lo describe
claramente!: De cómo el hombre, es conducido en grandes manadas, siempre por un
líder, cabecilla o cerebro pensante, que lo llevará allá donde quiera, como
rebaño de ovejas para ser sacrificado, como victima propiciatoria por causas
varias Y siempre bajo la pabellón de la libertad y o el bien común. Sin
excluir, el derecho de estos lideres, a erigirse Jueces, para castigar a los
“culpables” y con ello sembrar más discordia entre los sometidos y ellos
Me pregunto yo: ¿Será la maquina, esa que el
hombre va perfeccionando, la que algún día, pudiera encauzar y dirigir su
destino, ya harto de corruptos o mediocres dirigentes? Y me sigo preguntando:
¿De ser así, esta maquina al ser elaborada, por un ser tan imperfecto y
conflictivo, como sería el mismo inventor, no es posible que lleve, dicho
artificio, impreso dentro de sí, la huella de él y sus propios defectos? Por lo
que creo, y repito, este mundo, no tiene arreglo Facundo; siempre estaremos
tiranizados por esa sombra malévola que oscurece al hombre, único culpable y a
la vez victima de sus propias acciones.
La esperanza de que prospere la humanidad, no
tiene precedentes (2) en la que apoyarse. Las coordenadas trazadas desde que el
mundo es tal, hasta ahora, no lo demuestran. Subidas, bajadas, pero siempre
todas dentro de la franja de lo deplorable. Colectivos hay, que intentan
superarse ¿Pero que cotas alcanzan?
Mientras tanto intentemos, todos, hacer de este mundo,
único que, por ahora, tenemos, uno menos imperfecto, capaz de suavizar
tanta tiranía, aspereza y crueldad que al menos haga reinar la paz por largo
periodo de tiempo. Y aquí con estos pensamientos me despido de ustedes, con la
esperanza de que algún día, alguien o algo lo enmiende.
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