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 LAS CARTAS DE DON MANUEL

No me aprietes tanto, que me ahogas

 MANUEL RUBIO

 

FOTO: MANUEL RUBIO

La experiencia acumulada, por aquellos, cuya vida es longeva, si han sido personas observadoras y retenido sus vivencias en cualquier momento de su vida, pueden hacer, una fiel apreciación y comparación de los hechos, de las diferentes etapas de su vida.

 

Ayer, en mi caso,  recuerdo haber reprochado ásperamente, ciertas costumbres o posturas, tomadas por gente de visión diferente a la mía, que llegados del extranjero traían consigo, que tampoco eran bien vistas por la sociedad de entonces. Poco más tarde, aquellos mismos que reprochamos, aunque no llegásemos a practicarlas, si las hubimos aceptado, en mayor o menor grado, como práctica normal. Estos son los cambios que creo, sufre la sociedad con el transcurrir del tiempo y que marcan las diferentes épocas, de los que las hemos vivido, mientras otros más conservadores siguen reprochándolas y reteniendo el avance del tiempo.

 

Trato de retroceder para reencontrarme con mis primeras experiencias, todas ellas complejas en un principio, pero con el transcurrir del tiempo, se han ido dilucidando, en consonancia con mis conocimientos y mi reducida sabiduría. Y es que ayer como hoy, en esto de las costumbres, se siguen cociendo habas, en todo lugar y tiempo. Porque tan lento es le progreso que experimenta una generación, que apenas se la puede apreciar. Contemplamos, eso sí, que  las costumbres cambian y con ellas, la visión  de la  ética y la moral, que sufren ciertos cambios de apreciación y juntamente con todo ello, nuestra propia vida. Son  nuevos métodos, mas en consonancia con el tiempo, y la sociedad, diseños y proyectos de vida, menos intensos y profundos, para los que somos más adaptables (los más liberales) en la forma de conducirnos.

 

Recuerdo ayer, como ejemplo, a un grupo de amigos, cuando tildábamos de marica por su comportamiento a otro compañero que llevaba slips en vez de calzoncillos o al que, usaba calcetines de dibujos con colorines, o se peinaba de esta forma o de la otra, cuando en realidad, transcurrido un corto tiempo después, los que así habíamos pensado, adquiríamos las mismas costumbres.  

 

Contemplados, que cada tiempo, tiene un matiz y características propias y es el margen de libertades, del que se puede disponer para hacer uso de ellas, porque en realidad son las definen con claridad el avance de una sociedad. Por lo que, tanto antaño como hogaño, las cadenas  que  amarran a una sociedad, han sido siempre, la moral, costumbres, conocimientos, convicciones e ideales, de las personas,  que son las que en realidad, las que han coartado sus libertades y les ha puesto impedimentos, a la hora de  gozar de un mayor y amplio campo de  acción, que se les permita  desenvolverse y obrar, conforme les dicta sus convicciones, intereses y necesidades. Por lo que  dependerá  de lo amarrado, que cada cual se encuentre a sus valores sus creencias, ideales, familia y  sociedad en la que viva, las que le indicarán, al mismo tiempo, el margen o campo de acción en el que se puede desenvolver.

 

Resumiendo, en todo tiempo, las  reglas que impone la sociedad que obligan al individuo, a cumplirlas, significará siempre un obstáculo que le impedirá realizarse con libertad, ya que  al no cumplirlas, se le amonestara, sancionara, incluso encarcelará, por culpa de esta  sociedad  estrictamente poco  permisiva y si algo atrasada. Limites, que serán más generosos, cuanto más avanzada está una sociedad y se le permite  al ciudadano, un radio mayor de libertades,  para obrar libremente y sin temor a ser amonestado, criticado  o reprendido. Forma de  poder realizarse y demostrar abiertamente su verdadera personalidad.

 

Y deseo encomiar, aquellos, que en todo tiempo “por insensatos”, “poco responsables”, o realmente porque fueron mas valientes, se atrevieron a revelarse contra todo aquello que les ataba, rompiendo o saltándose toda  barrera que se lo impedían, para así, obrar con libertad, aunque para ello, muchos, lo hayan tenido que pagar caro ante la familia y  la sociedad a la que entonces pertenecieron. DIARIO Bahía de Cádiz


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